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Tormenta Marina

Doble efecto

Doble efecto

 

Doble efecto.

El médico, entró a la sala donde lo esperaban. Las ansiosas miradas, buscaron respuestas en sus ojos; inclinando la cabeza, las evadió. Elisa, detrás de todos, escuchó, que su hermano le pedía: Por favor, díganos. El galeno, con tono bajo, les informó: Es irreversible, su cerebro ha muerto. No existe esperanza alguna. Ahora, tras los estudios, es una certeza. El silencio se hizo enorme, nadie pudo articular palabra… Después de un momento, se abrazaron sollozando. El médico, discreto, se retiró. Elisa no había podido moverse, la idea era aterradora, y su mente, no le permitía aceptarla por completo. Agradeció enormemente, cuando su hermano mayor, se acercó a ella, la abrazó, y le dio un beso en silencio. Pasado un tiempo, el médico volvió y les dijo: Comprendo su dolor, pero creo que están enterados de que su familiar es donador de órganos, tenemos que disponer del cuerpo, en un tiempo determinado. Tras un doloroso silencio, y un momento de duda, asintieron. Uno, a uno, desgarrados; se fueron despidiendo y salieron de la habitación. Elisa, aterrada, se vio sola. Intentando con toda su alma, hacerse oír: ¡Vuelvan, vuelvan!…

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